sábado, 22 de diciembre de 2018

Cosas para leer en Navidad


De todo lo que pasa por nuestros ojos, en estos días de bullicio y apresuramiento, me quedo con estas cuatro frases:

La vida se prepara con amor, se condimenta con fe, y se vive con agradecimiento.


En la gran sequedad de devoción que padecemos, tenemos miles y miles de gentes que soportan con paciencia, esperando todos lo días de la liberalidad del cielo lo que necesitan para la cena.  
                          Michel de Montaigne, Ensayos


Llegado ese día de Navidad nos será revelada la gloria del Señor, y la contemplaremos todos unidos. Todavía sueño que con esta fe seremos capaces de transformar los límites de la desesperación. Con esta fe  podremos el día de paz en la Tierra y de buena voluntad para todos hombres. Será un día glorioso: los luceros del alba cantarán unidos y los hijos de Dios exultarán de alegría.
                             Martin Luther King


Con todas sus farsas, trabajos y sueños rotos, éste sigue siendo un mundo hermoso. Ten cuidado, esfuérzate en ser feliz.

                    Anónimo de Baltimore, en 1693

PAZ Y FELICIDAD PARA TODOS LOS LECTORES DE ESTE BLOG






martes, 4 de diciembre de 2018

Ganas de marcharse


La lectura me gusta cada día más, ya sean novelas, ensayos o artículos periodísticos. Mi padre me aconsejaba que leyera "todo lo que cayera en mis manos". Hoy día, ese consejo podría resultar hasta dañino para nuestra salud mental, dada la cantidad y la calidad de todo lo que pasa por delante de nuestros ojos.
No hay que dudar que cualquier lectura, sea del signo que sea, nos deleita más o menos en función del grado de identificación que nos depare. Es tan íntima esa conexión que, a veces, ni nos damos cuenta.
Pues bien, esta es la razón por la que me ha cautivado el artículo de El País Semanal de 18 noviembre del 2018, que lleva por título Cuando conviene marcharse de Javier Marías. Me he identificado con su exposición, desde el principio hasta el final, y recomiendo vivamente su lectura porque no tiene desperdicio.
Ante el mundo que nos rodea, convulso, irracional e idiotizado, a uno le asalta la duda de si es bueno apartarse y esperar pacientemente a que las aguas se remansen y que vuelva el sentido del humor, la racionalidad y la tolerancia. Como dice el autor, que las masas no se dejen manipular por personajes como Putin, Salvini, Ortega, Maduro, Puigdemont y Torra (soy consciente de que me dejo fuera muchos nombres, pero estos son, quizás, los más cercanos y la lista sería interminable).
Y hasta en la conclusión me identifico con este artículo: no, no hay que marcharse. Hay quedarse aquí y convivir con este mundo caótico y desarbolado, intentando aportar nuestro pequeño granito de arena, de la forma que sea, por minúsculo y despreciable que pueda parecernos.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Lideres


La lectura de este sabroso artículo de Manuel Vicent me ha traído a la mente alguna reflexión adicional sobre este asunto:


Y es que cada vez que oigo lo de "las dos Españas" me chirrían las neuronas. Sí, es cierto que hay dos Españas, pero como dice el autor, no son las de derechas o izquierdas que se esfuerzan en mostrarnos los políticos  mediocres y de visión cicatera. Ellos insisten en ello, porque no saben resolver los problemas de la actualidad y tienen que recurrir a la venta de tópicos trasnochados. Habrá sus excepciones... pero pocas. Mientras tanto, la "otra España", la que raramente aparece en los telediarios, trabaja con honestidad, crea, genera riqueza para todos y suele pasar desapercibida. Pero existe, y si no ahí están los magníficos logros de los que nos habla Vicent. 
Para que no cunda el desánimo, os ofrezco mi receta particular: leer capítulos de la historia de España que nos ofrecen muchas oportunidades para estar orgullosos de nuestro pasado, aunque, como sucede en todos los países, están entremezclados con otros en los que predomina el raquitismo de los personajes. Y, sobre todo, para corregir falsas interpretaciones que se divulgan como balsa de aceite. A manera de ejemplo, me entristece ahora ver como descuelgan la estatua de Colon, en California, por tacharlo de autor de masacres con la población indígena, cuando se están llenando aquellas tierras con los indígenas que vienen del sur, porque en aquel estado apenas existen, dado que fueron  mayoritariamente esquilmados por los conquistadores anglosajones
Y a la receta añadimos la justa información de la actualidad, nada de telediarios, cumplir con nuestras obligaciones cívicas, mucha lectura, música y arte, una buena porción de vida familiar, y todo ello debidamente salpimentado con unas buenas dosis de sentido común.

sábado, 17 de noviembre de 2018

María Cristina de Habsburgo


Con motivo de la presentación de un libro sobre esta Reina Madre y Regente, hemos refrescado la biografía de este interesante personaje de la historia de nuestro país. Pieza base en la restauración borbónica, encrucijada puente entre los dos Alfonsos XII y XIII,  que contribuyó a un cierto periodo de equilibrio en la convulsa política, en medio de aquel avispero de partidos y tendencias, que su antecesor Amadeo de Saboya había ya calificado como una jaula de locos.
Como fruto del llamado pacto del Pardo, los dos principales partidos, el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta habían acordado una sabia alternancia en el poder, que fue bien orquestada y entendida por María Cristina, como factor de balance y moderación en medio de una sociedad harta de guerras carlistas y disputas políticas y sociales.
A pesar de su extranjería y un cierto distanciamiento inicial, su dignidad y abnegación y su lealtad y entrega a la misión que le había sido encomendada la fueron haciendo acreedora de un especial cariño popular, reconociendo sus virtudes como gobernadora siempre dentro de los límites de la Constitución de 1876. Los años desde 1885 hasta 1902 fueron tiempos de afortunada regencia, gracias a esta gran Reina. 
Su vinculación con el Real Sitio se manifestó con la creación del Colegio Universitario que lleva su nombre. El día de su entierro en el Panteón Real, en 1929, fue de suma pesadumbre para el pueblo que la había llegado a querer.
Figuras de este porte ejemplaridad en la aceptación de sacrificios personales, en función del cumplimiento de los fines colectivos del país, son siempre vitales en la historia de los pueblos. Por eso la recordamos ahora, sin mediar ninguna particular efemérides, con una modesta mención de agradecimiento.

Más sobre María Cristina:   https://www.youtube.com/watch?v=VMocrE68Q1A

lunes, 3 de septiembre de 2018

31 de agosto 2018



Escucho las voces de los inconformistas, de los que no han sabido encontrar un hueco en la vida y de los contestatarios a ultranza, y todos claman que no les gusta el mundo y que quisieran “pararlo para apearse”

A mí siempre me ha gustado la vida. Yo, ahora, lo que quisiera es parar el reloj o que, al menos, fuera más lento, porque creo que me estoy dejando muchos asuntos en la cesta de “Pendiente”. Cosas para aprender y para disfrutar. Y, en definitiva, para vivir

Para disfrutar de una puesta de sol no es necesario que se pare el sol. Simplemente que continúe su lento descenso. No sería tan hermoso el espectáculo si fuera más deprisa. En cada atardecer hay el tiempo necesario para la contemplación y para la meditación. Es la secuencia perfecta, producto de la naturaleza y de su Creador que la dotó del ritmo perfecto.

No me metáis prisa. Yo estoy en el atardecer y no quisiera gastar esfuerzos vanos que me hagan perderme la belleza de lo que me rodea. Quisiera ir a la velocidad del sol crepuscular y quisiera saborear al máximo su lento declinar, la pureza del aire que lo envuelve y las caprichosas formas de las nubes.

El tiempo pasado me ha hecho valorar el tiempo presente y, más todavía, el tiempo futuro. En una pintada en las calles de Lugo se dice:

Somos el tiempo que nos queda.”

Y en ese tiempo es obligado hacer balance. Y hemos de ser extremadamente prudentes cuando miramos hacia atrás. Mirar sin prejuicios y sin demasiado puntillismo, pues cosas buenas y malas las ha habido en cualquier parcela del pasado. Nada de juicios estrictos, que ya habrá quien los haga. Al cabo del tiempo son las impresiones las que perduran. Lo que importa es la honestidad de aquella actitud o de aquella acción y eso es con lo que tenemos que vivir hoy.

Hubo responsabilidades casi agobiantes. Reconozco que la tarea de ser padre es difícil y arriesgada. Si fracasas en ella, fracasas en la vida. Te lo juegas todo. Pero las compensaciones son inigualables; cuando tras un desaire, un hijo te coge la mano, eso es impagable.

Yo repetiría la mujer que tengo y los hijos que tengo… y, que decir de los nietos. Y, luego, los amigos que no pueden faltar, siempre están ahí cuando los necesitas. Y, sobre todo, los amigos que tuve…

Venga lo que venga, quiero que me pille así, sin grandes culpas, con decencia y con cierta dignidad.

Yo he amado mucho, pero también me han correspondido, y por eso soy feliz. Y aun creo que me queda tiempo para amar más y para seguir siendo feliz.

Esta es la clave, y no hay más.



martes, 22 de mayo de 2018

Hastío



El detonante para que esta carta se escribiera a primeros de julio fue un chiste del  añorado Forges. Luego la envié a El País y después la he ido he ido puliendo.
Lo que sigue son solo algunas reflexiones personales, producto del hastío que en mí producen desde hace ya tiempo las reiteradas manifestaciones de los arrogantes independentistas catalanes. Hastío que, al cabo de años, se ha convertido en repugnancia, tan solo compensada por el afecto que tengo a los mas de tres millones de catalanes que quieren seguir siendo españoles.
Yo, personalmente, en esta historia tan sólo veo el mercantilismo del hermano rico que ya no quiere compartir mesa con el hermano pobre. Creo que esto comenzó cuando el “honorable” Pujol declaró que el resto de los españoles éramos unos “paletos”. Sí, probablemente, desde el punto de vista económico, puede que seamos más pobres, pero eso no es todo en la vida, porque la historia es la historia y lo cierto es que llevamos 500 años juntos, en los que España ya incluía Aragón que, a su vez, incluía a Cataluña. No falsear la historia es la cabecera de cualquier mínimo código etico.
Y hablando de economía, pienso que en la actualidad pretender pasar de cola de ratón a cabeza de león puede ser, sencillamente, una temeridad, cuando hay varios leones más gordos que están esperando a devorarnos a todos. A los políticos cortoplacistas les diría que deben explicar a la ciudadanía en primer lugar, cómo van a organizar esa utópica y pluscuamperfecta república catalana, cosa que hasta ahora no han hecho, quizás porque lo ignoran o quizás para no levantar el desaliento entre sus enfebrecidos votantes.
Si a los Puigdemont y Cia os molesta verdaderamente compartir con el resto de los españoles vuestra riqueza material y cultural, que nadie os discute, por favor hacerlo con elegancia, sin hipocresía, sin engaños, sin querer cambiar de un plumazo la historia que nos ha traído juntos hasta aquí. Sin ocultamientos maniobreros y sin alterar las reglas de juego que todos votamos y aceptamos. Es decir, con un mínimo de decencia y respeto, exento de fanatismo irresponsable. 
A toda la clase política hay que exigirle, entre otras cosas, saber prever y adelantarse a los acontecimientos. Pues bien, alguien ha pensado en el infierno que se abriría al dia siguiente de esa hipotética separación? En los revanchismos, luchas fraternales, recelos y enemistades que brotarían como hongos en un bosque otoñal.
Aquí, durante años, se lleva sembrando el odio y fomentando las diferencias identitárias.¿Hay alguien que haya visto por las calles o pueblos del resto de España algún visitante catalán en los últimos años? Pocos o ninguno. Eso puede obedecer tan solo, creo yo, a que se hayan dado algunas sugerencias colectivas para que no se visite a los hermanos "paletos" y "ladrones" . La opinión, como siempre, la tiene el lector. 
Eso se llama forzar distanciamientos con malas artes, con torticeros medios promovidos sibilinamente por las instancias políticas. Esta es la realidad a la que tenemos que enfrentarnos por culpa de los sucesivos gobiernos separatistas y las indiferencias y errores que hayan podido cometer los respectivos gobiernos centrales. 
Los vociferantes despliegan sus senyeras, ante las sonrisas complacidas del gobierno de la Generalidad, por cierto extraña mezcolanza de conservadores, izquierdistas y ácratas. Sonríen complacientes sin escuchar las voces calladas de los catalanes que no asisten las manifestaciones. Ellos, que  han sido eficaces en propiciar la discordia, no se si podrán juntar los trozos del jarrón quebrado, antes de evitar el descalabro.
Porque de seguir por este camino, iremos al descalabro y me aburriréis cada día un poco más y cada día estaré un poco más orgulloso de que me llaméis españolista.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Duelo a garrotazos



En IDEAS del 11 de marzo 2018 se trata lúcidamente el asunto de las luchas fratricidas que han desangrado la humanidad desde sus orígenes hasta nuestros días. Y, cómo no, como inefable soporte gráfico, se acude al conocido óleo del inmortal Goya, Duelo a garrotazos.
Siempre se han dado miles de explicaciones a este esclarecedor lienzo. Yo creo que el barrizal que impide moverse a los dos contrincantes es, simplemente, el fanatismo que los ancla al suelo, optando ambos por destruirse a palos antes de razonar y analizar los “por qués” de cada uno de ellos.  
Muy relacionado con este asunto del fanatismo, unas páginas después, el escritor israelí Amos Oz cuenta esta graciosa anécdota que transcribimos:

Cuando yo era pequeño, mi abuela Shlomit me explicó cuál era la diferencia entre un judío y un cristiano: Los cristianos -decía mi abuela- creen que el Mesías ya estuvo aquí­, y que algún día volverá. Y nosotros, los judíos, creemos que el Mesías no ha venido, pero que vendrá algún día. Esta discrepancia -reflexionaba mi abuela en voz alta- ha traído al mundo tanto odio y tanta ira, persecución de judíos, Inquisición, pogromos, genocidios. Pero ¿por qué? ¿por qué sencillamente no nos ponemos todos de acuerdo, judíos y cristianos, en aguardar con paciencia a ver lo que ocurre? Si el Mesías llega un día y dice: "Hace mucho que no nos vemos, me alegro mucho de volver a veros", los judíos tendrán que reconocer su error.
Pero si, al llegar, el Mesías dice: "How do you do? Encantado de conoceros" el mundo cristiano en su totalidad tendrá que disculparse ante los judíos. Hasta entonces- concluía mi abuela-, hasta la llegada del Mesías, ¿por qué no podemos sencillamente vivir y dejar vivir a los demás?”

Yo, personalmente, siempre he creído que las barbaridades suelen ir engañosamente arropadas por peligrosos compañeros de viaje, étnicos, religiosos, económicos, políticos y sociales que dificultan, desde un punto de rigurosa historicidad, el análisis objetivo de cada caso
Pero, aún así, la abuela de Amos Oz tenía razón.