jueves, 22 de noviembre de 2018

Lideres


La lectura de este sabroso artículo de Manuel Vicent me ha traído a la mente alguna reflexión adicional sobre este asunto:


Y es que cada vez que oigo lo de "las dos Españas" me chirrían las neuronas. Sí, es cierto que hay dos Españas, pero como dice el autor, no son las de derechas o izquierdas que se esfuerzan en mostrarnos los políticos  mediocres y de visión cicatera. Ellos insisten en ello, porque no saben resolver los problemas de la actualidad y tienen que recurrir a la venta de tópicos trasnochados. Habrá sus excepciones... pero pocas. Mientras tanto, la "otra España", la que raramente aparece en los telediarios, trabaja con honestidad, crea, genera riqueza para todos y suele pasar desapercibida. Pero existe, y si no ahí están los magníficos logros de los que nos habla Vicent. 
Para que no cunda el desánimo, os ofrezco mi receta particular: leer capítulos de la historia de España que nos ofrecen muchas oportunidades para estar orgullosos de nuestro pasado, aunque, como sucede en todos los países, están entremezclados con otros en los que predomina el raquitismo de los personajes. Y, sobre todo, para corregir falsas interpretaciones que se divulgan como balsa de aceite. A manera de ejemplo, me entristece ahora ver como descuelgan la estatua de Colon, en California, por tacharlo de autor de masacres con la población indígena, cuando se están llenando aquellas tierras con los indígenas que vienen del sur, porque en aquel estado apenas existen, dado que fueron  mayoritariamente esquilmados por los conquistadores anglosajones
Y a la receta añadimos la justa información de la actualidad, nada de telediarios, cumplir con nuestras obligaciones cívicas, mucha lectura, música y arte, una buena porción de vida familiar, y todo ello debidamente salpimentado con unas buenas dosis de sentido común.

sábado, 17 de noviembre de 2018

María Cristina de Habsburgo


Con motivo de la presentación de un libro sobre esta Reina Madre y Regente, hemos refrescado la biografía de este interesante personaje de la historia de nuestro país. Pieza base en la restauración borbónica, encrucijada puente entre los dos Alfonsos XII y XIII,  que contribuyó a un cierto periodo de equilibrio en la convulsa política, en medio de aquel avispero de partidos y tendencias, que su antecesor Amadeo de Saboya había ya calificado como una jaula de locos.
Como fruto del llamado pacto del Pardo, los dos principales partidos, el conservador de Cánovas y el liberal de Sagasta habían acordado una sabia alternancia en el poder, que fue bien orquestada y entendida por María Cristina, como factor de balance y moderación en medio de una sociedad harta de guerras carlistas y disputas políticas y sociales.
A pesar de su extranjería y un cierto distanciamiento inicial, su dignidad y abnegación y su lealtad y entrega a la misión que le había sido encomendada la fueron haciendo acreedora de un especial cariño popular, reconociendo sus virtudes como gobernadora siempre dentro de los límites de la Constitución de 1876. Los años desde 1885 hasta 1902 fueron tiempos de afortunada regencia, gracias a esta gran Reina. 
Su vinculación con el Real Sitio se manifestó con la creación del Colegio Universitario que lleva su nombre. El día de su entierro en el Panteón Real, en 1929, fue de suma pesadumbre para el pueblo que la había llegado a querer.
Figuras de este porte ejemplaridad en la aceptación de sacrificios personales, en función del cumplimiento de los fines colectivos del país, son siempre vitales en la historia de los pueblos. Por eso la recordamos ahora, sin mediar ninguna particular efemérides, con una modesta mención de agradecimiento.

Más sobre María Cristina:   https://www.youtube.com/watch?v=VMocrE68Q1A