Aquí, la gracia está en aprovechar el momento. No se trata de que ese libro sea especial para Bisbis, el gato que aparece en esta fotografía, ni de buscar un gato de peluche para hacerse la instantánea y que parezca de verdad. Se trata, simple y llanamente, de aprovechar el momento. Alguien que andaba por allí vio la oportunidad y disparó la cámara fotográfica. Podrían haber transcurrido cincuenta meses más hasta que se repitiera otra ocasión simiar.
Y esa es, también, la gracia de la vida, no dejar escapar los flashes que llenarán nuestras vidas, que nos ayudarán a combatir el tedio y el aburrimiento que, de otra forma, se adueñarían de nuestros ratos libres.
Es, tan sólo, la gracia de haber aprovechado algunos momentos oportunos. Sólo Dios sabe los que habremos desperdiciado.