martes, 6 de agosto de 2019

Rubén Dario y Francisca Sánchez



En los años que yo andaba mas despistado de lo habitual tras una ruptura matrimonial, me refugiaba buscando caminos y no se que más, por las serranías de Gredos. Descubrí entonces una pequeña pedanía, Navalsaúz, cercana al pueblo donde nos alojábamos, San Martín del Pimpollar, perteneciente a la provincia de Ávila.

El pueblo no ofrecía mayor interés que el paisajístico, salvo que en el centro descubrí una modesta casa con una extraña placa.

                                

Y digo extraña porque era una invitación a indagar algo sobre quien había sido la tal Francisca Sánchez y que había representado en la vida de Rubén Dario. Y me encontré con una faceta amorosa poco conocida por aquellos años, hoy día ampliamente divulgada en las distintas biografías del poeta nicaragüense. Tras una azarosa trayectoria en cuestión de mujeres, éste parece ser que fue el postrer enamoramiento con una bella española, fiel y discreta que le acompañó hasta el final y a la que dedicó unos sentidos versos
"Rubén Darío y Francisca Sánchez» de


Francisca Gervasia Sánchez del Pozo fue el nombre de «la esposa española de Rubén Darío», tal como la denomina Rafael Azuar (cuando la conoció en Madrid, en 1899, el poeta nicaragüense estaba casado en Nicaragua con Rosario Murillo, en segundas nupcias, tras la muerte de Rafaela Contreras). Francisca fue la fiel compañera que, profundamente enamorada del poeta, supo vencer los prejuicios sociales de la época para acompañar a Rubén. Vivieron juntos diecisiete años, repartidos entre Madrid, París y Barcelona, y fruto de la relación nacieron cuatro hijos, de los que solamente sobrevivió uno, Güicho.
                                                

Francisca, hija del jardinero que cuidaba los jardines reales de la Casa de Campo, era analfabeta; el propio Rubén le enseñaría a leer y escribir, y ella terminaría siendo conocida en los ambientes literarios de París, por su belleza y su entrega amorosa al príncipe de la poesía moderna en español, como «la princesa Paca». Rubén le dedicó uno de sus poemas, «A Francisca», que no llegó a ser recogido en los libros publicados en vida del poeta, pero que está fechado el 21 de febrero de 1914. Este es el texto de la composición, cuyos versos se reparten en seis breves secciones (de ellas, la última es la más conocida y citada):
          I

           
Francisca tu has venido
            en la hora segura
            la mañana es oscura
           y está caliente el nido.
            Tú tienes el sentido
de la palabra pura,
y tu alma te asegura
el amante marido.

Un marido y amante
que, terrible y constante,
será contigo dos.

Y que fuera contigo,
como amante y amigo,
al infierno o a Dios.

II

Francisca, es la alborada,
y la aurora es azul;
el amor es inmenso
y eres pequeña tú.

Mas en tu pobre urna
cabe la eterna luz,
que es de tu alma y la mía
un diamante común.

III

¡Franca, cristalina,
alma sororal,
entre la neblina
de mi dolor y de mi mal!
            Alma pura, alma franca,
alma obscura
y tan blanca…

Sé conmigo
un amigo,
sé lo que debes ser,
lo que Dios te propuso,
la ternura y el huso,
con el grano de trigo
y la copa de vino,
y el arrullo sincero
y el trino,
a la hora y a tiempo.

¡A la hora del alba y de la tarde,
del despertar y del soñar y el beso!

Alma sororal y obscura,
con tus cantos de España,
que te juntas a mi vida
rara,
y a mi soñar difuso,
y a mi soberbia lira,
con tu rueca y tu huso,
ante mi bella mentira,
ante Verlaine y Hugo,
¡tú que vienes
de campos remotos y ocultos!

IV

La fuente dice: «Yo te he visto soñar».
El árbol dice: «Yo te he visto pensar».
Y aquel ruiseñor de los mil años
repite lo del cuervo: «¡Jamás!».

V

Francisca, sé suave,
es tu dulce deber;
sé para mí un ave
que fuera una mujer.

Francisca, sé una flor
y mi vida perfuma,
hecha toda de amor
y de dolor y espuma.

Francisca, sé un ungüento
como mi pensamiento;
Francisca, sé una flor
cual mi sutil amor;
Francisca, sé mujer,
como se debe ser…

Saber amar y sentir
y admirar como rezar…
Y la ciencia del vivir
y la virtud de esperar.

VI

Ajena al dolo y al sentir artero
llena de la ilusión que da la fe,
lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompañamé…

En mi pensar de duelo y de martirio
casi inconsciente me pusiste miel,
multiplicaste pétalos de lirio
y refrescaste la hoja de laurel.
Ser cuidadosa del dolor supiste
y elevarte al amor sin comprender;
enciendes luz en las horas del triste,
pones pasión donde no puede haber.

Seguramente Dios te ha conducido
para regar el árbol de mi fe;
hacia la fuente de noche y de olvido,
Francisca Sánchez, acompáñame…

Por aquellos años, confieso que estos versos me conmovieron y me parecieron como un susurro de aquello que uno quisiera escuchar y sentir en los momentos difíciles de la vida,
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En una de las biografías de Rubén Dario se lee:

"Enteramente inquieto e insatisfecho, codicioso de placer y de vida, angustiado ante el dolor y la idea de la muerte, Darío pasó frecuentemente del derroche a la estrechez, del optimismo frenético al pesimismo desesperado, entre drogas, mujeres y alcohol, como si buscara en la vida la misma sensación de originalidad que en la poesía o como si tratara de aturdirse en su gloria para no examinar el fondo admonitor de su conciencia. Este "pagano por amor a la vida y cristiano por temor de la muerte" fue un gran lírico ingenuo que adivinó su trascendencia y quiso romper con las rutinas e imposiciones de la tradición literaria de España y América."

domingo, 16 de junio de 2019

Líbano de cerca


Líbano es un país muy querido por mí, no solo por la variedad y policromía de sus gentes y sus paisajes, sino porque allí han nacido mis dos nietos.
Desde el punto de vista fotográfico, hay que acercarse a él con un objetivo macro, es decir, aproximarse tanto como sea posible a sus pobladores, a sus ancianos y a sus niños. Ellos nos dan una idea de la inconmensurable riqueza de sus pobladores. Y ese fue el objetivo de este vídeo, realizado con fotografías de mi hijo, en los años 2001 a 2006.


Nuevo libro sobre San Lorenzo


El 25 de mayo de 2019, hemos presentado un nuevo libro: "Crónica de San Lorenzo, monasterio, pueblo y paisaje" y todavía estamos emocionados viendo cuantos amigos se han congregado en la Casa de Cultura escurialense para acompañarnos con motivo de un acto de presentación, cuestión siempre tan entrañable para el autor.




Para los que no hayáis tenido la oportunidad de estar allí, aquí podéis ver el audiovisual que se preparó a manera de resumen, para ese día:



Gracias a todos, a los que fuisteis y a los que no.

viernes, 26 de abril de 2019

Lecturas de hace casi cinco siglos


Hemos subido a Youtube un vídeo sobre la biografía de Santo Tomás de Villanueva, agustino, arzobispo de Valencia en el siglo XVI, conocido como el "padre de los pobres". 
Partimos de unos textos resumidos por nuestro amigo Miguel Ángel Orcasitas que nos ayudó en el proyecto, pero aun así pensábamos inicialmente que iba a ser una tarea dificultosa poner en términos gráficos actuales un resumen de la vida de un santo varón que vivió entre 1468 y 1555. Pero no ha sido así, pues en las lecturas previas para documentarnos nos hemos visto sorprendidos al descubrir que, entre los sermones de este Santo Tomás, sabiamente extractados por Manuel Villegas, se esconden temas de una gran actualidad, quiero decir, que debieran ser de una gran actualidad.
Desde luego destaca la dedicación y el empeño que puso este hombre en la caridad con los pobres y más necesitados y su ejemplaridad no dejó resquicio para la duda.
Pero hay otras aspectos de sus sermones, muy orientados hacia la ayuda en el día a día de sus feligreses, que nos llaman la atención, como, por ejemplo este:

               "El Señor nos dio un Evangelio y unas Sagradas Escrituras para alcanzar el                   Reino de los Cielos,y tú, estúpidamente, te entretienes en su retórica"

La contundencia con la que se manifiesta el Santo, me suena muy acertada, y que me disculpen los más moderados y discretos, pero es una gran certeza para creyentes y no creyentes, que el Evangelio y la Biblia contienen los contenidos convenientes para que los hombres alcancemos el equilibrio interior. Sin embargo nos perdemos en los vericuetos de la innecesaria inquietud por llegar hasta el fondo de las cuestiones, en brazos de interminables disquisiciones, retóricas las más de las veces. 
Yo creo que el secreto está más a nuestro alcance: leer sobre todo los Evangelios y la Biblia y captar lo sencillo, lo simple, y ponerlo en práctica. En el sempiterno pulso entre fe y razón, habría que ponerlas en línea y avanzar hasta donde llegue la primera y hasta donde la segunda no se rebele.
Lo que si es seguro es que las pláticas "sermoneadas" por este Santo siguen teniendo validez casi cinco siglos después.
Por si queréis aquí está el video referido.



domingo, 31 de marzo de 2019

Tres generaciones


En un pequeño cuartito de una vivienda entran tres generaciones: un abuelo, un hijo y dos nietos. Tras la lectura de un artículo de prensa, que se presenta polémico, se aprestan a debatir. El hijo asegura que siempre las mejores decisiones suelen surgir a raíz de un buen debate. Antigua loa sobre el valor de la dialéctica que sería mas cierta si se excluyeran las opiniones, emociones o creencias.
El asunto a tratar es las posibles repercusiones derivadas del abuso de las tecnologías modernas por parte de los nietos, ello provocado por un escrito, en el que se cuenta como a los hijos de las grandes promotores de Silicon Valley ahora se les limita, incluso prohíbe, la utilización desmedida de móviles, tabletas, consolas de juego y pcs.
Claro que habrá que esperar unos años para comprobar los efectos de esta forma de educación. Los nietos no parecen tener opinión sobre el respecto, ante la aparente falta de alternativas. 
El padre advierte que esto es lo que se van a encontrar en el futuro, y esto es lo que les va a permitir destacar entre los jóvenes de su tiempo. Destacar o sobrevivir frente a una dura competencia. O sea, disfrutar de una cómoda posición social y económica.
Pero, inevitablemente, se cuela otro debate: ¿debe ser este el objetivo primordial de sus vidas? Porque en el Fortnite y otros juegos actuales lo que priman es la acción y la violencia, aunque dicen que sin sangre, pero violencia, al fin y al cabo.
Entonces, ¿donde se quedan los valores eternos del ser humano? La fraternidad, la solidaridad, la justicia, la generosidad, el culto a la verdad, la disciplina... y un largo etcétera. ¿Para cuando es bueno que entren en las mentes de los chicos y se integren en sus respectivos decálogos? ¿Estriba la felicidad en conseguir dinero y posición social?
Viejas preguntas que, hoy por hoy, inquietan al abuelo.

El "Crispín" escurialense



En los populares Jardincillos escurialenses que, primeramente recibieron el nombre de plaza de la Verdura, después el de Gil de Zárate y, finalmente, el actual de Jacinto Benavente, premio Nobel de literatura en 1922, campea un monumento sencillo pero muy entrañable. Es el "Crispín", personaje central de la obra de este autor, Los intereses creados, que fue inaugurado el 30 de agosto de 1961, siendo obra del escultor granadino José María Palma.
Si vamos a la hemeroteca y leemos el ABC del día siguiente, encontraremos más información sobre aquel acontecimiento local. 
En Los intereses creados se narra la historia de dos pícaros, Crispín y Leandro, en la que el primero se declara partidario de su máxima: "mejor que crear afectos es crear intereses", gracias a la cual consigue que su penosa situación económica y social mejore sustancialmente.
El manipulador e interesado Crispín consigue finalmente que, gracias al cambio de dos comas en la sentencia dictada por el representante de la Ley, esta resulte absolutoria para sus intereses.

lunes, 25 de marzo de 2019

Amo el silencio


Y cada día más. Creo que estamos perdiendo el gusto por el silencio, que nos estamos dejando invadir un espacio que debería ser sagrado, y ¿quienes son los presuntos invasores? Yo diría que las prisas, la ambición, el ruido ambiental y la excesiva cantidad de información son los principales intrusos de un espacio que debería ser nuestro, solo. Y añadiría, igualmente, la mediocridad que todo lo relativiza y lo iguala por abajo.
No es la única pero la generalizada y abusiva digitalización que padecemos ataca el silencio, anula el tacto, el olor y desnaturaliza los colores. Se adueña de casi todo lo que nos rodea, de manera que los humanos quedamos aislados, indefensos y desprovistos de todo aquello que forma parte de nuestra esencia y de nuestra intimidad. 
Todos ellos son enemigos declarados del agua remansada o en movimiento, del viento, de la nieve, de los colores y de los sonidos de la naturaleza. 
Intentemos defender a ultranza nuestro particular "sancta sanctorum" con silencios que nos favorezcan la necesaria serenidad de ánimo, al tiempo que fomenten nuestra sensibilidad.

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Séneca de María Zambrano



 Me preguntan cual es el libro que mas ha influido en mi vida y por qué. Y no he dudado, pues, de inmediato, he recordado este título que sigue estando vivo en mi, yo diría dentro de mí, muchos años después de su descubrimiento.
Por entonces, ya había leído La epístolas de Lucilio y otras cosas del autor cordobés que me sedujeron bien pronto, hasta convertirlas en esa categoría especial que es el libro de mesilla de noche. Pero confieso que el empujón final de aquel enamoramiento me lo dio este librito de pequeño formato, en el que parece imposible que puedan caber tantos certeros pensamientos, con tanta poesía y con tal riqueza de expresión. 
Y es que María Zambrano nos acerca a Séneca, de manera increíblemente sugerente y cautivadora. Es cierto que el atractivo de este pensador lo merece. Hombre que pretendió ser un apoyo para el atribulado ser humano, sujeto a las arbitrariedades del poder romano, en un tiempo en el que se habían ya casi olvidado las razones puras platónicas y aristotélicas y aún no se conocían las razones religiosas de la fe cristiana. Era una etapa de transición de la que se adueñaba un vacío causante de general desánimo.
Por eso, Séneca tuvo la gran virtud de descender al nivel de las gentes y ayudarlas en su desvalimiento, consolándolas con la propuesta de la gran virtud estoica: la resignación. Que no era todavía la cristiana, sino soportada solamente por la razón.
Como consecuencia de esta lectura, años después escribí un ensayo sobre mensajes cristianos que se contienen, yo diría que andan dispersos, entre las Epístolas senequistas. Ensayo que no pudo ser más reconfortante, pues tranquiliza comprobar que razón y fe no siempre andan dispares.
Repite Zambrano con insistencia, que el Séneca filósofo fue como un padre, quizás con mayúsculas, un gran ayudador que consolaba a las gentes con palabras a su alcance. Palabras que, por cierto, influyeron sensiblemente en los escritos de la mística, de Molinos, San Ignacio, Quevedo, Unamuno y de otros muchos. 
Y todo esto no es trivial. Es un gran equipaje de compañía, inseparable en los momentos difíciles. A mi me ayudó y me sigue ayudando y, lo que es más importante, creo que sigue generando una ósmosis benefactora en mis pautas de comportamiento.
¿Se puede pedir más a un librito tan pequeño?