Marco Aurelio Antonino Augusto, fue emperador romano desde el año 161 hasta el 180, año de su muerte. Fue el último de los llamados Cinco Buenos Emperadores: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio. A excepción de este último, no tuvieron descendencia eligiendo sucesor, según el criterio del gobernante, con la excepción de Marco Aurelio que si tuvo un heredero, su hijo Cómodo, que sería, por cierto, uno de los peores emperadores de Roma. Este Marco Aurelio fue el tercero de los emperadores de origen hispano y autor de una pequeña obra muy representativas de la filosofía estoica, Meditaciones. El padre de Marco Aurelio era de origen hispano, nacido en Ucubi (actual Espejo, Córdoba); y fue senador romano, llegando a pretor.
La peste antonina, que se presento entre los años 165-180, conocida también como la plaga de Galeno, porque fue este médico quien la describió, se cree que fue una pandemia de viruela o sarampión que afectó a casi todo el Imperio romano. Fue traída por las tropas que regresaban de Mesopotamia. La epidemia pudo causar la muerte del emperador romano Lucio Vero, corregente de Marco Aurelio, cuyo nombre de familia "Antonino" quedó asociado al nombre de la peste. Aunque resulta difícil cuantificar el número de fallecimientos, se sabe que las legiones romanas quedaron diezmadas. Algunos historiadores opinan que el mundo antiguo nunca se recuperó del golpe asestado por aquella peste que brotó en el reinado de Marco Aurelio. (E. Gibbon y M. Rostovtsev)
Las Meditaciones son la gran obra literaria de Marco Aurelio, y fueron escritas en griego durante las años en que se padecía la peste antonina, constituyendo un buen exponente de la filosofía estoica, contenedora de sabios consejos para tiempos difíciles. Este pequeño manual en cuestión nos proporciona una serie de reglas sencillas para sobrellevar la vida, con consejos asequibles para cualquier mortal y llenos de ternura. Pero lo más relevante para nosotros es que este tratado animoso fue redactado durante el fragor de la peste, cuando la pérdida de vidas era mas amenazante en el corazón del todopoderoso imperio romano.
Pues bien, esto ha sido un breve resumen de la biografía de Marco Aurelio, de la peste antonina y de su repercusión en la Roma de aquellos años. Y nuestro objetivo ahora es buscar paralelismos con nuestro actual Covid-19, siempre con el propósito de que sean mensajes constructivos para todos y aporten visiones para tiempos de incertidumbre, en los que se tambalean las bases anteriores y en los que, quizás, haya que explorar otras nuevas. Y esto lo vamos a intentar extrayendo algunos párrafos de las citadas Meditaciones, claro que el empeño es arriesgado, por cuanto se trata de máximas generales sujetas a las opiniones y criterios personales de cada lector, como no podía ser de otra manera. Pero creo que la belleza literaria de su texto siempre nos va a transmitir serenidad y confianza, muy oportunas para los tiempos que corren:
Pues bien, esto ha sido un breve resumen de la biografía de Marco Aurelio, de la peste antonina y de su repercusión en la Roma de aquellos años. Y nuestro objetivo ahora es buscar paralelismos con nuestro actual Covid-19, siempre con el propósito de que sean mensajes constructivos para todos y aporten visiones para tiempos de incertidumbre, en los que se tambalean las bases anteriores y en los que, quizás, haya que explorar otras nuevas. Y esto lo vamos a intentar extrayendo algunos párrafos de las citadas Meditaciones, claro que el empeño es arriesgado, por cuanto se trata de máximas generales sujetas a las opiniones y criterios personales de cada lector, como no podía ser de otra manera. Pero creo que la belleza literaria de su texto siempre nos va a transmitir serenidad y confianza, muy oportunas para los tiempos que corren:
Aprendí de mi madre: el respeto a los dioses, la generosidad y la abstención no
sólo de obrar mal, sino incluso de incurrir en semejante pensamiento; más
todavía, la frugalidad en el régimen de vida y el alejamiento del modo de vivir
propio de los ricos.
De mi padre: la mansedumbre y la firmeza serena en las decisiones
profundamente examinadas. El no vanagloriarse con los honores aparentes; el
amor al trabajo y la perseverancia; el estar dispuesto a escuchar a los que
podían hacer una contribución útil a la comunidad. El distribuir sin
vacilaciones a cada uno según su mérito. La experiencia para distinguir
cuando es necesario un esfuerzo sin desmayo, y cuándo hay que relajarse.
El cuidado moderado del
propio cuerpo, no como quien ama la vida, ni con coquetería ni tampoco
negligentemente, sino de manera que, gracias a su cuidado personal, en
contadísimas ocasiones tuvo necesidad de asistencia médica, de fármacos o
emplastos.
El no vanagloriarse con los honores aparentes; el
amor al trabajo y la perseverancia; el estar dispuesto a escuchar a los que
podían hacer una contribución útil a la comunidad. El distribuir sin
vacilaciones a cada uno según su mérito.
La sagacidad y mesura en la celebración de fiestas, en la
construcción de obras públicas, en las asignaciones y en otras cosas
semejantes, es propia de una persona que mira exclusivamente lo que debe
hacerse, sin tener en cuenta la aprobación popular a las obras realizadas.
Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es
contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar
indignación y repulsa.
Camino siguiendo las sendas acordes con la naturaleza, hasta caer y al
fin descansar, expirando en este aire que respiro cada día y cayendo en esta
tierra de donde mi padre recogió la semilla, mi madre la sangre y mi nodriza la
leche; de donde, cada día, después de tantos años, me alimento y refresco, que
me sostiene, mientras camino, y que me aprovecha de tantas maneras.
Recógete en ti mismo. El guía interior racional puede, por naturaleza,
bastarse a sí mismo practicando la justicia y, según eso mismo, conservando la
calma.
Cava en tu interior. Dentro se halla la fuente del bien, y es una fuente capaz de brotar continuamente, si no dejas de excavar.
El arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza en lo que se
refiere a estar firmemente dispuesto a hacer frente a los accidentes incluso
imprevistos.
En cada acción, pregúntate: ¿Cómo es ésta respecto a mí? ¿No me
arrepentiré después de hacerla? Dentro de poco habré muerto y todo habrá
desaparecido. ¿Qué más voy a buscar, si mi presente acción es propia de un
ser inteligente, sociable y sujeto a la misma ley de Dios?
La dicha del hombre consiste en hacer lo que es propio del hombre. Y
es propio del hombre el trato benevolente con sus semejantes, el menosprecio
de los movimientos de los sentidos, el discernir las ideas que inspiran crédito,
la contemplación de la naturaleza del conjunto universal y de las cosas que se
producen de acuerdo con ella.
Imperturbabilidad con respecto a lo que acontece como resultado de
una causa exterior y justicia en las cosas que se producen por una causa que de
ti proviene. Es decir, instintos y acciones que desembocan en el mismo
objetivo: obrar de acuerdo con el bien común, en la convicción de que esta
tarea es acorde con tu naturaleza.
Los pitagóricos aconsejaban levantar los ojos al cielo al amanecer, a fin
de que recordáramos a los que cumplen siempre según las mismas normas y
de igual modo su tarea, y también su orden, su pureza y su desnudez; pues
nada envuelve a los astros.
¡Qué privilegio tiene el hombre de no hacer otra cosa sino lo que Dios
va a elogiar, y aceptar todo lo que Dios le asigne, lo consecuente a la
naturaleza!
En primer lugar, no hacer nada al azar, ni tampoco sin un objetivo final.
En segundo lugar, no encauzar tus acciones a otro fin que no sea el bien
común.
La salvación de la vida consiste en ver enteramente qué es cada cosa
por sí misma, cuál es su materia y cuál es su causa. En practicar la justicia con
toda el alma y en decir la verdad. ¿Qué queda entonces sino disfrutar de la
vida, trabando una buena acción con otra, hasta el punto de no dejar entre ellas
el mínimo intervalo?
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Se dice que en el umbral de la muerte, Marco Aurelio pronunció estas palabras:
«No lloréis por mí. Pensad en la pestilencia y la muerte de tantos otros».
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